Hay días en los cuales la felicidad de la vida desaparece, hay días en que sientes que todo aquello por lo que has luchado se aleja de ti, días en los que tú ser desea que llegue la bendición de la muerte, días
obscuros, sin luna, sin estrellas, sin un mañana, sólo la soledad y el silencio viven en tú interior, palidecen los recuerdos de aquellos días llenos de la que parecía sería una eterna felicidad.
Más con el correr de la vida van cayendo cual hojas secas, de un otoño el que es precedido por el frío invierno, oscureciendo y apagando lo que un día fue tú vida, comienzas a decir adiós a los sueños, donde cada esperanza muere contigo, en un devenir entre hojas amarillentas, marchitas por el tiempo, un diario el cual no he de leer más.
Y así se escribió lo que fue una trágica vida, una que no ha de volver a nacer, una que fue más una maldición … y la cual jamás debió ver la luz de éste mundo.
obscuros, sin luna, sin estrellas, sin un mañana, sólo la soledad y el silencio viven en tú interior, palidecen los recuerdos de aquellos días llenos de la que parecía sería una eterna felicidad.
Más con el correr de la vida van cayendo cual hojas secas, de un otoño el que es precedido por el frío invierno, oscureciendo y apagando lo que un día fue tú vida, comienzas a decir adiós a los sueños, donde cada esperanza muere contigo, en un devenir entre hojas amarillentas, marchitas por el tiempo, un diario el cual no he de leer más.
Todo acaba en esta noche fría, en la oscuridad de mi propio ser, ya no hay más, todo ha terminado y con ello el dolor que todo fracaso ocasiona cierro éste pedazo de mi alma, fiel testigo de un dulce amanecer en mi vida, mi diario atesora con gotas de cristal, dulces recuerdos de un pasado que ya no volveré a vivir mucho menos lo volveré a sentir, he comenzado a envejecer, conviviendo sólo, en un mundo tortuoso de fantasmales memorias, estoy consciente que el ocaso ha llegado.
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